Se produce por la rotura de un vaso sanguíneo que provoca una hemorragia. Esta sangre se queda localizada entre la conjuntiva (fina capa transparente que envuelve todo el ojo) y la esclera.
Esta patología a pesar de lo llamativa y alarmante que resulta es inofensiva y bastante frecuente. Aparece de forma súbita, afecta a un solo ojo, no causa dolor ni afecta a la visión pero a veces puede dar sensación de cuerpo extraño. En casos de derrame muy grandes puede acompañarse de hinchazón de la zona.
Las causas del derrame son muy variadas:
Un traumatismo. En caso de traumatismo oculares es recomendable acudir al medico haya derrame ocular o no para descartar cualquier lesión.
Por la realización de un esfuerzo, ya sea agacharse de golpe, toser, estornudar, vomitar…
Subida de tensión arterial. No tiene ninguna relación con la presión intraocular.
En personas con problemas de coagulación o con tratamiento farmacológico anticoagulante son más comunes.
No tienen tratamiento farmacológico ni médico, con el paso de los días el derrame va perdiendo su color rojo brillante y va oscureciéndose (tomando un color amarillento o verdoso al igual que cualquier hematoma) y en una semana aproximadamente el derrame se va absorbiendo.
En los casos que cursa con sensación de cuerpo extraño es recomendable el uso de una lágrima artificial para evitar el roce del parpado con la conjuntiva.
En caso de que los derrames aparezcan de forma repetitiva debe acudirse al medico.