HISTORIA DE LAS LENTES DE CONTACTO

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A Leonardo Da Vinci se le atribuye la primera descripción de un artefacto que podría asimilarse a una lente de contacto. En su “Código de los ojos” describe los detalles para construir unos recipientes de vidrio pequeños ideados para ser llenados de agua caliente y aplicados al ojo. Con estos recipientes lo que consiguió fue explicar el funcionamiento de la visión, pero también se considera el inicio de las lentes de contacto.

En 1637 Rene Descartes describió en uno de sus libros: «Si uno aplicase sobre el ojo un tubo lleno de agua, en cuyo extremo hay un vidrio en forma exactamente igual a la piel (córnea) no existiría refracción alguna a la entrada del ojo” Consciente de lo nada practico que era su sistema opto por un cono de vidrio.

En 1823 John Herschel propuso la idea de una cápsula de vidrio rellena de gelatina animal.

En 1896 Lohnstein diseñó el “hidrodiascopio” bajo las investigaciones y teorías de Thomas Young. Este aparato consistía en una pequeña cubeta, rellena de agua, que se acoplaba al reborde orbitario y que se sujetaba con una faja alrededor de la cabeza. Se utilizaba en personas con corneas muy irregulares. Con este dispositivo no se quería corregir las ametropías pero si plantear la posibilidad de una corrección óptica distinta a las gafas.

En la década de1880 Adolph Eugen Fick, Jean Baptiste Eugene Kalt  y August Müller, trabajando independientemente, consiguieron  la primera lente de contacto de vidrio pero hasta más de 50 años (1939) no se consiguió que fuera segura y conveniente para la corrección óptica.

Fick, obtuvo con yeso moldes de ojos de ratón con la intención de neutralizar los efectos ópticos producidos por las distorsiones generadas por los astigmatismos irregulares corneales. Su teoría consistía en sustituir la superficie corneal irregular por otra superficie regular y adaptable a ella utilizando un líquido interpuesto del mismo índice de refracción que la córnea. Para fabricar estas lentes colaboró con un asociado de Carl Zeiss. El resultado fue que estas lentes traumatizaban el segmento anterior del globo ocular provocando erosiones sumamente dolorosas, enturbiamiento de la córnea e irritación conjuntival.

Kalt desarrolló unas pequeñas lentes sin banda escleral, consideradas las primeras lentes corneales. Este modelo fue usado para el queratocono con la pretensión de presionar sobre el ápex corneal y remodelar la curvatura de la córnea, aproximándola a las medidas normales. A tal objetivo se unía el de la corrección dióptrica de la ametropía y la reducción del astigmatismo irregular. No se utilizaba ningún líquido interpuesto, salvo las lágrimas. Desgraciadamente, las experiencias tampoco fueron satisfactorias en este caso.

Müller optó por las lentes de contacto para la corrección de ametropías

Así se diseñaron las dos clases de lentes de contacto: las esclerales provistas de banda escleral y las lentes de contacto corneales que carecen de ella.

A finales de la década de 1930 comenzaron a utilizarse, para la creación de lentes de contacto, unos polímeros plásticos transparentes principalmente el PMMA el cual tiene una transmisibilidad luminosa igual que el cristal, resistente al rayado y con un peso muy inferior al del vidrio. En 1936 William Fleinbloom diseñó un modelo con una parte escleral de PMMA y una parte central de cristal. En 1949 se comenzaron a comercializar las lentes de contacto completamente de PMMA denominadas Rígidas.

En 1970 salen al mercado las primeras lentes de contacto Rígidas Permeables al Gas. Estas lentes permiten un paso de oxigeno mayor que en la rígidas reduciendo  los problemas de edema corneal.

Lentes de contacto blandas. 

Entre 1952 y 1960 Otto Wichterle desarrollo el HEMA un hidrogel hidrofílico que se caracterizaba por:

Retener una determinada cantidad de agua

Ser un material inerte para procesos biológicos normales.

Ser permeable a los metabolitos

Durante 1961 estuvo trabajando en el moldeo de la lente de contacto consiguiendo así en 1962 la 1º generación de lentes de hidrogel.

A lo largo de la década de los 70 las lentes de contacto blandas fueron mejorando gracias a la evolución de los materiales y las técnicas de adaptación consiguiéndose lentes con mayor contenido en agua y que producían menor grado de hipoxia y edema.

Así en 1981 la lente Permalens fue aprobado por la FDA como la primera lente de uso prolongado (30 días). En 1989 el uso prolongado se redujo de 30 días a 7, debido al gran incremento de casos de queratitis ulcerativas.

En 1984 Johnson & Johnson adquirió los derechos de la tecnología de Michael Bay de moldeo estabilizado, en el que las lentes eran moldeadas ya hidratadas. Esto permitió la fabricación de lentes de contacto a gran escala al abaratar los costes de producción. Apareciendo así la lente desechable en 1988 (cien años después que la primera lente de contacto escleral).

La modalidad de lente de contacto desechable diaria apareció en 1995.

La aparición de las lentes desechables ha producido un descenso en las consultas a urgencias y ha facilitado el tratamiento y manejo de la conjuntivitis papilar gigante y otras complicaciones oculares.

En 1997 se introdujo la protección de UV en las lentes de contacto (hoy en día aún muchas lentes de contacto disponibles en el mercado no lo llevan).

En 1990 aparecen las primeras lentes de hidrogel de silicona. En ellas se combina el hidrogel convencional con siliconas las cuales aportan una mayor transmisión de oxígeno, permitiendo así un mayor tiempo de uso cómodo ya que la sensación de sequedad ocular al final del día es menor.

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